Buenos días amigos!
En las anteriores entradas os hablaba de jornada de puertas abiertas, puertas principales del Congreso de los Diputados, puertas traseras, puertas giratorias...
Más allá de estas últimas...que coloquialmente podrían ser representadas así... ¿por qué puerta se accede a la Administración?
La inquietud - tras mi experiencia en la Administración Pública como el Congreso de los Diputados y en el Gobierno hace unos años - que despertó en mí la pasión por lo institucional, la diplomacia y el lobby fue intentar entender, conocer, comprender y - sobre todo - explicar a quien lo desconocer cómo se llama - para que te hagan caso - a la puertas de las Administraciones Públicas para conseguir algo.
Nuestra Constitución de 1978 no habla de "lobby" - palabra acogida en nuestra lengua pero denostada al haberle atribuido una implicación negativa o casi delictiva asociada más a la de ... - sino de las peticiones que pueden recibir las Cámaras.
Las Cámaras pueden recibir peticiones individuales y colectivas, siempre por escrito, quedando prohibida la presentación directa por manifestaciones ciudadanas. (art. 77 CE).
Yo no estoy hablando de nada ilegal. El lobby, la diplomacia, las relaciones institucionales hoy se hacen - y deben hacerse siempre - con valores como columnas que sostienen su actividad. Y estos son: Ética, Transparencia, Responsabilidad e Integridad.
Y así empezó en mi vida vinculada a ayudar a las personas a acceder, comprender y comunicarse con las Administraciones. Porque, Administración y administrado no hablan el mismo idioma.
¿Qué crees que hace falta para ello? ¿Qué pondrías tú?
Sin duda, y antes que nada, hay que poner lo mejor de uno mismo.
Pero...
¿Cómo se llama a la puerta de las Administraciones?Resultado de imagen de llamar a puertas de congresoAquel día llamó a mi puerta del Congreso de los Diputados una Asociación - normalmente con más representación y poder que una persona sola - para pedir que la Vicepresidenta les pudiera recibir y poder invitarla a un evento. No sabían si era posible.
Habían mandado un escrito solicitándolo que llegó - correctamente - en mi mesa.
Me interesé por ello y les llamé. Quedaron maravillados de que la carta no se hubiera perdido... y mostramos nuestro compromiso e interés en lo que nos planteaban.
Así que, con reuniones explicativas y ganas, fueron recibidos, explicaron el proyecto que tenían - de apoyo a pacientes, en este caso - y trabajamos con ellos.
Os cuento sólo el final: tras presentar una proposición de Ley en la Comisión de Sanidad, consiguieron celebrar un encuentro europeo de todos los pacientes con la patología a la que representaban en la (inicialmente llamada Sala de columnas) Sala Ernest LLuch.
Fue todo un éxito!
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